La preparación fue buena. He acumulado más horas y de más calidad que nunca. A 15 días de la prueba estaba en el mejor momento físico en el que jamás me he encontrado pero….llegó la fatídica última semana. Quizá le perdí el respeto a la competición y no presté la adecuada atención a esas últimas horas, quizá la motivación no era la máxima, quizá…….
El caso es que por culpa de una semana con falta de descanso, exceso de trabajo llegué al día de la prueba agotado y sin energía. Pasó lo que tenía que pasar. La natación sin problemas pero con sensaciones raras. Lo malo ocurrió cuando cogí la bicicleta, en ningún momento iba bien, me encontraba frio, apenas sudaba. Lo intenté todo, aumenta la cadencia de pedaleo, ponerme de pié,…..A la altura del Km 40 me di cuenta de que no era el día y que lo mejor era dejarlo. Me arrastré como pude hasta Robledo de Chavela donde estaba el Km 60 y le di mi dorsal a un Juez.
Pasé unos días muy mal, dándole vueltas a la cabeza por lo ocurrido, repasando la cantidad de horas que me había dejado para preparar la carrera.
Con un poco de perspectiva y viendo las cosas con frialdad la cosa no tiene más importancia. No me dedico a esto y aunque me gusta hacerlo bien no es ni mucho menos algo por lo que deba venirme abajo. El año de entrenamientos me ha hecho más fuerte y seguro que me ha dado una base para futuros retos…..que los hay
